Entre viñedos y trigales se encuentra el escenario que hace más de 80 años despidió a la última comitiva del gobierno de la II República, el aeródromo de Monóvar, en la pedanía de El Hondón. Construido en 1938 por jóvenes de reemplazo de 1921, a vecinos , muchos de ellos canteros para erigir tanto el campo de vuelo como un refugio antiaéreo con capacidad para unas 200 personas, en el extremo SE de la pista a unos 30 m. El informe de Arma de Aviación del aeródromo, indica la existencia de otros refugios más modestos capaces de albergar a unas 20 personas, distribuidos por la periferia del campo.
Durante el período activo del aeródromo, la pedanía de El Fondó se preparó para la acogida del ejército e improvisó un pequeño cuartel general en una almazara y bodega de uno de los cinco terratenientes del lugar, Florencio Pérez Hurtado, propiedad que recuperaría tras el abandono de la zona de las tropas militares. Para abastecer el aeródromo y el cuartel general se dotó de una docena de soldados, bajo el mando de un sargento y un teniente, y se instalaron la luz eléctrica y el teléfono. La función principal del aeródromo fue dejar una puerta abierta para una posible evacuación. Se escogió este lugar por su favorable orografía y situación estratégica que permitió al gobierno de la II República partir al exilio.
Al lugar donde se ubicó el aeródromo se le conoció con el nombre en clave de Posición Dakar, localizado a poca distancia del Poblet (término municipal de Petrer), posición Yuste donde se emplazó al gobierno de Negrín (ver artículo «Última resistencia del gobierno de la República: Finca el Poblet») en sus últimos momentos. Cuando el coronel Casado da un golpe de estado contra el actual gobierno y se da por finalizada la guerra, varios taxis trasladas a las máximas autoridades localizadas en el Poblet al aeródromo de Monóvar.
Al mediodía del 6 de marzo de 1939, un pequeño Dragon Rapide de la compañía británica Havilland fue el primer aparato en despegar con Rafael Alberti, su mujer embarazada, la escritora María Teresa León, y el coronel Antonio Cordón rumbo a la ciudad argelina de Orán.
Fue el mismo destino que tomó pocos minutos después otro avión del mismo modelo, que llevó a Dolores Ibárruri ‘La Pasionaria’, su secretaria Irene Falcón, el diputado comunista francés Jean Cattelas y a varios miembros de la inteligencia comunista.
Desde el ‘Dragon Rapide’, un modelo idéntico al que había usado Franco en la sublevación de 1936, Rafael Alberti vio en la alicantina sierra de Aitana el último pedazo de España y decidió, llamar así a la hija que esperaba.
En torno a las 3 de la tarde, el último presidente de la II República despegó en un Douglas DC-2 de las Líneas Aéreas Postales Españolas (LAPE) a Toulouse (Francia), en un recorrido junto a la costa.
Y hacia la medianoche partió el último grupo en otro avión idéntico al mismo destino con algunos de los más altos militares leales a Negrín: el coronel Hidalgo de Cisneros, jefe de la Aviación Republicana (al mando del aparato) y el comunista Enrique Líster. Las limitaciones de espacio y peso hizo que en tierra quedaran decenas de figuras más o menos cercanas a la cúpula republicana que acabaron entregándose o que huyeron por su propio pie.
Una vez finalizada la contienda, no todos tuvieron la misma suerte, la mayor parte de la población no pudo huir y fueron detenidos siendo la plaza de toros de Monóvar, el centro de detención más destacado de todo el valle del Vinalopó, fue el denominado campo de concentración de Monovar, donde fueron a parar en las primeras semanas de la posguerra centenares de personas desde Petrer a El Pinós.
Posteriormente la represión franquista azuzó a un total de 346 víctimas sólo en el término municipal de Monóvar (Fuente:Universidad de Alicante), en una España ocupada por los nacionales.
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